Nicaragua negocia salida a la crisis en ambiente crispado y de desconfianza
Enfrentamiento entre estudiantes y policías, el 21 de abril de 2018 en Managua © AFP/Archivos INTI OCON

Managua (AFP) – El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega y la oposición iniciarán negociaciones el próximo miércoles para superar una crisis política en un ambiente crispado y de mutua desconfianza.

«Confiamos que estamos a las puertas de iniciar una negociación incluyente, seria, franca e informada», dijo la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), contraparte del gobierno en la negociación, en un comunicado donde planteó sus temas de agenda.

Ortega convocó la noche del jueves a la oposición para reanudar las negociaciones a partir del próximo miércoles 27, «sin multitudes ni medios de comunicación» como en el primer intento de diálogo, cuyas sesiones fueron transmitidas en vivo por televisión.

Las pláticas se darán en un contexto de un grave deterioro en materia de derechos humanos y una economía en retroceso, según organismos de derechos humanos y gremios económicos.

El problema de la convocatoria es que Ortega llama a negociar «cuando se siente con el agua al cuello y está en un riesgo del que no puede salir», dijo a la AFP la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), Vilma Núñez.

El gobierno afronta un déficit fiscal de 315 millones de dólares, que equivale al 3,81% del PIB, y carece de respaldo financiero debido a las sanciones de Estados Unidos que le cierran el acceso a créditos de organismos multilaterales.

En el marco de la crisis, la economía se contrajo un 4% en 2018 y más de 300.000 puestos de trabajo se perdieron, según gremios económicos.

Además, la situación de Nicaragua coincide con la crisis en Venezuela, un aliado que le proporcionó al gobierno más de 4.800 millones de dólares en cooperación petrolera e inversiones entre 2008 y junio de 2019, según datos del Banco Central.

– «Diálogo real, no simulación» –

Ortega «no va de buena voluntad (a negociar) y aunque es una oportunidad que no se debe desaprovechar (…) debe de ser un diálogo real no una simulación y un engaño», advirtió Núñez.

El mandatario, un exguerrillero de 73 años en el gobierno desde el 2007, aceptó volver a la mesa de negociaciones ocho meses después de abandonarlas de forma unilateral alegando un intento de golpe de Estado para sacarlo del poder antes de culminar su tercer mandato en 2021.

La alianza opositora indicó que definió como prioridad la liberación de más de 700 personas encarceladas, algunas ya sentenciadas, por participar en las protestas antigubernamentales, así como la restitución de todas las libertades que están restringidas.

La población «lo que quiere es la libertad de los presos, que cese la represión, la intimidación, el regreso de los exiliados y todo, esas demandas ‘son derechos humanos'» y no deben estar sujetas a una negociación, sostuvo Núñez.

Organismos de derechos humanos afirman que las protestas antigubernamentales que se desataron en abril del año pasado dejaron 325 muertos y más de 50.000 exiliados.

El gobierno aún no ha designado a sus representantes ni ha dicho cuáles son sus temas de interés.

La oposición nombró a seis delegados a la mesa de diálogo e igual número de suplentes y asesores.

La iglesia no se ha pronunciado sobre cual será su rol. No obstante, en un encuentro previo de Ortega con empresarios, que culminó con la convocatoria al diálogo, estuvo presente el arzobispo de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes, y el nuncio apostólico, Waldemar Summertag.

Asimismo, se desconoce dónde se desarrollarán las pláticas y si habrá garantes internacionales para el cumplimiento de acuerdos.

– «¿Borrón y cuenta nueva?» –

La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, dijo en declaraciones a medios oficiales que «lo importante es que hay coincidencia alrededor de la necesidad de recuperar el país, después de los daños que le produjeron, no sólo a la vida material, sino al alma nicaragüense».

La cita debe ser un encuentro «donde se genere confianza (…) viendo hacia adelante», agregó Murillo.

Núñez cuestionó que Ortega y Murillo no quieran mirar atrás, y se preguntó: «¿Quiere decir que aquí será un borrón y cuenta nueva? Eso no puede ser tampoco».

El escritor y exrector de la Universidad Nacional Autónoma (UNAN), Carlos Tünnermann, uno de los miembros de la ACJD en la mesa de diálogo, pidió un voto de confianza hacia esa formación variopinta.

«Vamos a tratar de interpretar lo más fielmente posible los clamores y reclamos que el pueblo ha venido haciendo», dijo Tünnerman a la prensa.

«Tengan un poco de paciencia para esperar los resultados, no se puede esperar que en un solo día se resuelva toda esta crisis que es tan profunda», agregó el académico.