Ureña (Venezuela) (AFP) – Militares venezolanos lanzaron este sábado gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que exigen el paso de ayuda humanitaria en un puente fronterizo con Colombia, cuyo cierre fue ordenado por el gobierno venezolano para evitar la entrada de la asistencia.
Con carteles que dicen «Ponte del lado correcto de la historia» y vestidas de blanco, cientos de personas marcharon hacia el puente que bloquean militares apoyados por la policía, constató la AFP.
«O abren o abrimos», gritaron los manifestantes, al exigir que se levante el cierre de la frontera para permitir el paso de la ayuda internacional que desde hace días ha sido almacenada en la vecina ciudad colombiana de Cúcuta.
Más temprano, algunos habitantes de Ureña que a diario cruzan a Colombia habían sido dispersados con gases por los militares venezolanos.
«¡Queremos trabajar!», gritaron frente a un piquete de efectivos de la Guardia Nacional con equipos antimotines que bloquea el puente Francisco de Paula Santander.
Tras momentos de tensión, el piquete militar avanzó y comenzó a disparar gases lacrimógenos, a lo que algunos respondieron con piedras.
Algunos también quemaron neumáticos, luego de que los efectivos militares desplegaron un vehículo con barricadas para impedir el paso.
«Yo tengo que pasar para cumplir mis ocho horitas de trabajo. ¿Qué pasa si no llego? Mi familia depende de mí», dijo a la AFP, antes de los disturbios, Unay Velasco, un joven de 24 años que hace servicios de limpieza en un supermercado en Cúcuta.
El gobierno de Nicolás Maduro ordenó la noche del viernes el «cierre total» de los cuatro puentes que comunican al estado Táchira con el departamento colombiano de Norte de Santander, donde está Cúcuta, centro de acopio de la ayuda enviada por Estados Unidos.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, justificó la medida en lo que definió como «amenazas» del gobierno de Colombia, que respalda el paso de ayuda gestionada por Juan Guaidó, jefe del parlamento opositor reconocido como presidente interino de Venezuela por un cincuentena de países.
Guaidó fijó para este sábado el día para que la asistencia de alimentos y medicinas cruce «sí o sí» pese a la negativa de Maduro, que la considera una «excusa» para una invasión militar liderada por Estados Unidos.
Unos 40.000 venezolanos cruzan a diario las fronteras tachirenses, según autoridades migratorias. La mayoría regresa a su país tras trabajar o comprar medicinas o productos escasos en su país.
Venezuela vive una grave crisis económica, con un sueldo mínimo que apenas equivale a unos 6 dólares, que ha forzado la emigración de unos 2,7 millones de personas desde 2015, según la ONU.
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