Puerto Príncipe (AFP) – Puerto Príncipe fue escenario este miércoles de nuevos enfrentamientos violentos entre manifestantes y la policía que provocaron al menos un muerto, mientras las calles de las principales ciudades de Haití permanecen ocupadas desde hace una semana en reclamo de la renuncia del gobierno.
Un joven resultó muerto en la tarde del miércoles, según observaciones de un periodista de la AFP, a pocas decenas de metros de las oficinas de la presidencia, cuyo acceso estaba bloqueado por la policía.
Al menos siete personas han muerto desde el comienzo de la ola de protestas, el jueves.
Un periodista fue herido de bala en un antebrazo durante un tiroteo entre policías y un grupo de manifestantes en el centro de la capital, según presenció un reportero de la AFP.
Las confrontaciones entre las fuerzas de seguridad y jóvenes, provenientes mayoritariamente de los barrios populares, fueron intensas y prolongadas: mientras los primeros disparaban gases lacrimógenos, los segundos lanzaban piedras.
Algunos comercios fueron saqueados en los alrededores de la mayor plaza del país, donde culminaron las manifestaciones.
«Es una insurrección popular: los haitianos ocupan las calles y está claro que Jovenel (Moise, el presidente de la república, NDLR) no tiene más opción que renunciar», declaró Prophète Hilaire, uno de los manifestantes, en momentos en que las marchas todavía transcurrían sin violencia en la capital.
«Un gobierno que no puede dar alimentos y agua a su pueblo debe dimitir, pero también se necesita que la burguesía se decida a dejar de acaparar toda la riqueza. En los barrios populares somos más», advirtió.
Haití atraviesa desde el 7 de febrero una profunda crisis política. Las actividades están paralizadas por manifestaciones populares en las principales ciudades.
El martes, los 78 detenidos en una prisión de una pequeña ciudad del sur del país se fugaron en momentos en que tenía lugar una manifestación antigubernamental frente a la comisaría contigua a la cárcel, según testigos. Una investigación fue iniciada para determinar las circunstancias exactas de esa espectacular evasión.
La ira popular tiene como principal blanco al presidente Jovenel Moïse, en el poder desde 2017.
Fustigado por haber incumplido sus promesas y agravado la pobreza, el mandatario permanece en silencio.