Lima (AFP) – La autoridad penitenciaria de Perú anunció el martes que el expresidente Alberto Fujimori volverá a ser recluido en una prisión de las fuerzas especiales de la policía para completar su condena de 25 años, tras anularse el indulto que recibió en 2017.
«Le informo que podrá ser el establecimiento penitenciario Barbadillo, al interior del inmueble de la Dirección de Operaciones Especiales de la policía», señaló el Consejo Nacional Penitenciario en respuesta a un pedido de la Sala Penal de la Corte Suprema, que ordenó el retorno a prisión de Fujimori, de 80 años.
El traslado del exmandatario (1990-2000) está supeditado a que reciba el visto bueno de los médicos para abandonar la clínica Centenario Peruano Japonesa, donde está internado desde el pasado 3 de octubre, tras una crisis cardíaca e hipertensiva.
El alta es inminente luego de que una junta médica evaluó hace una semana a Fujimori, determinando que se encuentra estable y puede recibir un tratamiento ambulatorio para sus dolencias.
El Consejo Nacional Penitenciario detalló que el exmandatario tendrá en el penal de la base policial «un servicio de salud a cargo de un médico general y de tres técnicas en enfermería».
El traslado desde la clínica a la prisión podría demorar hasta cinco días por trámites administrativos, indicó el ministro de Justicia, Vicente Zevallos.
«El más corto plazo es cinco días, es lo ponderado. De ahí, dilatar en exceso o sencillamente negarse, es contraproducente», dijo el ministro sobre los plazos para que Fujimori vuelva a prisión.
Una decena de simpatizantes del expresidente de ancestros japoneses se congregó frente a la clínica para expresarle su solidaridad.
«Esto no es justicia, esto es venganza», se leía en una pancarta, mientras los manifestantes lanzaban arengas a su favor.
El expresidente está hospitalizado desde el 3 de octubre, cuando sufrió una descompensación en su casa luego que un tribunal anuló por irregularidades el indulto que lo benefició en la Navidad de 2017.
Fujimori pidió entonces a las autoridades que no lo devolvieran a prisión, pues eso significará una «condena a muerte» para él.
La Corte Suprema debe decidir en los próximos días una apelación de Fujimori para que se revoque la resolución que revirtió su indulto.
La prisión policial a la que debe volver Fujimori es la misma donde pasó una década, de 2007 a 2017, como parte de su condena de 25 años por crímenes contra la humanidad durante su gobierno.
Su primogénita, la líder opositora Keiko Fujimori, está en prisión preventiva desde el pasado 31 de octubre acusada de recibir aportes ilegales de campaña de la constructora brasileña Odebrechet.