Sao Paulo (AFP) – El gobierno brasileño de Jair Bolsonaro calificó este jueves de «ilegítimo» el nuevo mandato del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien horas antes prestó juramento en Caracas para un segundo período, y afirmó que el poder ejecutivo recae en la Asamblea Nacional.
«Teniendo en cuenta que hoy, 10 de enero de 2019, Nicolás Maduro no atendió a las exhortaciones del Grupo de Lima, formuladas en la declaración del 4 de enero, e inició un nuevo mandato presidencial ilegítimo, Brasil reafirma su pleno apoyo a la Asamblea Nacional» del país vecino, señaló la cancillería brasileña en un comunicado divulgado la noche del jueves.
El Legislativo de Venezuela, controlado por una mayoría opositora, desconoce la autoridad de Maduro y calificó las elecciones presidenciales del 20 de mayo de fraudulentas.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil reconoce a la Asamblea Nacional de Venezuela como «órgano constitucional democráticamente electo al cual le incumbe en este momento la autoridad ejecutiva de Venezuela, de acuerdo con el Tribunal Supremo de Justicia legítimo de aquel país».
Brasil, comandado desde el 1 de enero por el ultraderechista Jair Bolsonaro, no envió ningún representante a la investidura de Maduro, heredero político del fallecido líder Hugo Chávez (1999-2013).
Bolsonaro dirigió duras críticas al gobierno de Maduro. Este jueves retuiteó una publicación de su hijo, Carlos Bolsonaro, en el cual calificaba de «dictador» al mandatario venezolano.
En el comunicado de Itamaraty, Brasil afirma que continuará «trabajando para la restauración de la democracia y del estado de derecho en Venezuela, y mantendrá un trabajo coordinado con todos los actores comprometidos con la libertad del pueblo venezolano».
Quien sí estuvo en Caracas fue la presidenta del Partido dos Trabalhadores, Gleisi Hoffmann, quien dijo asistir para mostrar su rechazo a la «política intervencionista y golpista incentivada por Estados Unidos». La formación izquierdista del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que cumple desde abril una condena de 12 años por corrupción, decidió no asistir a la toma de posesión de Bolsonaro el 1 de enero en Brasilia.
Maduro, de 56 años, se juramentó este jueves para un mandato de seis años. El excanciller de Chávez ganó el 20 de mayo en una elección que fue boicoteada por un sector de la oposición, que los consideró un fraude. La nación caribeña atraviesa una dura crisis económica, política y social. Es protagonista además de uno de los mayores movimientos migratorios de la región, con la salida del país de 2,3 millones de personas desde 2015, según cifras de la ONU.
Durante la gestión de Maduro, la economía se redujo a la mitad y se contraerá 5% en 2019, según el FMI, el país y su petrolera cayeron en default y la producción de crudo, fuente de 96% de las divisas, se desplomó a 1,4 millones de barriles diarios, la más baja en 30 años.
Sólo los presidentes de Bolivia, El Salvador, Nicaragua y Cuba acudieron a la investidura.