Río de Janeiro (AFP) – Un despliegue especial de tropas federales brasileñas se desarrolla este sábado en la ciudad de Fortaleza, capital del estado de Ceará (noreste), con el objetivo de frenar violentos ataques de bandas criminales contra bancos, autobuses y tiendas, informaron las autoridades.
Para cuando termine el fin de semana, unos 300 soldados deben estar patrullando esa ciudad y otras localidades del estado para buscar poner fin a los hechos vandálicos, dijo el secretario nacional de seguridad nacional, Guilherme Teophilo.
Varias unidades de efectivos, llegadas en la madrugada de este sábado al estado, iniciaron el patrullaje hacia el final de la tarde, principalmente en puntos estratégicos de las carreteras.
Esta intervención ocurre en la primera semana en funciones del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, que asumió el gobierno de Brasil el pasado martes promoviendo el endurecimiento de las medidas de seguridad y el reforzamiento del sistema judicial.
Su ministro de Justicia, Sergio Moro, ordenó el despliegue especial de tropas a pedido del gobernador de Ceará, Camilo Santana, del izquieridista Partido de los Trabajadores (PT), el partido rival de Bolsonaro en el balotaje presidencial.
Un total de 89 sospechosos han sido arrestados y en la víspera se reportó la muerte de una persona en un enfrentamiento con la policía.
Los atacantes incendiaron en estos últimos días una veintena de autobuses, prendieron fuego a gasolineras, balearon agencias bancarias, además de vandalizar edificios e instalaciones públicas.
Hasta este sábado, las autoridades contaron cerca de 80 ataques en al menos 25 municipios del estado, si bien la mayoría se concentraron en el área metropolitana de la capital, Fortaleza.
Desde el viernes, un cententar de autobuses circulan con policías militares dentro, para prevenir nuevos ataques.
Muchos de los comercios de la región han permanecido cerrados y los residentes se han visto obligados a quedarse en sus hogares.
-En las cárceles
Los incidentes se desataron después del anuncio de medidas de endurecimiento del control de las cárceles, desde las cuales operan jefes de varias organizaciones de narcotraficantes.
Los cambios incluyen el bloqueo de las señales de telefonía celular y la decisión de poner fin a la separación de reclusos por facciones que controlan los presidios.
Dos de las tres bandas criminales que actuan en Ceará han dejado a un lado su rivalidad para enfrentarse a las autoridades, según reportó el sitio web de noticias G1 citando a oficiales de seguridad.
En la mañana de este sábado, el secretario de Seguridad de Ceará, André Costa, afirmó que los agentes federales podrán actuar en los presidios «en situación extraordinaria».
Brasil tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo, por detrás de Estados Unidos y China, con casi 730.000 reclusos en 2016. Los centros penitenciarios sufren altos niveles de hacinamiento y son a menudo escenario de brutales enfrentamientos entre bandas criminales.
-Rápido y efectivo
Bolsonaro, un exmiliar de 63 años, ha dicho que quiere acabar con la creciente criminalidad en Brasil y «restabler el orden» durante su mandato de cuatro años.
Y pretender hacerlo a través de medidas como el ofrecimiento de inmunidad a soldados y policías que usen la violencia en ciertas circunstancias, y el relajamiento de las leyes sobre la posesión de armas para que los «buenos» ciudadanos puedan enfrentar a los delincuentes armados.
Gran parte de esa tarea recaerá sobre Moro, el mediático exjuez que lideró la Operación Lava Jato (Lavadero de Autos), la mayor operación anticorrupción de la historia de Brasil, y que mandó al expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010, PT) a la cárcel.
El viernes, Bolsonaro calificó la decisión de Moro de enviar tropas al estado nordestino como «apta, rápida y efectiva».