Managua (AFP) – El presidente Daniel Ortega dijo este lunes que Nicaragua enfrenta en 2019 el reto de consolidar «la estabilidad» interna para poder salir de la crisis económica ocasionada por las protestas opositoras de abril, cuya represión dejó cientos de muertos y detenidos y la condena internacional.
«En el 2019 el reto que tenemos los nicaragüenses» es «terminar de consolidar la estabilidad, la paz. Esto nos dará las condiciones para retomar el camino del crecimiento económico, social», dijo Ortega en un mensaje a la nación que dirigió junto a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, en un acto en Managua.
El mandatario dijo que «a pesar de las dificultades» que este año encaró su gobierno por la crisis que generaron las protestas, lograron llevar adelante algunos proyectos de desarrollo que esperan extender en el 2019.
«Este es un pueblo heroico, valiente que a pesar de las dificultades sabe avanzar, sabe abrir caminos donde se presentan obstáculos y ese es el reto que tenemos en el 2019: seguir abriendo caminos para que avancemos con más velocidad hacia las metas que tenemos para erradicar la pobreza», dijo Ortega acuerpado por funcionarios y partidarios.
Ortega, un exguerrillero de 73 años que gobierna de manera sucesiva desde el 2007, fue sacudido por una ola de protestas que iniciaron el 18 de abril contra una reforma del seguro social que luego derivó en un movimiento para reclamar su renuncia, por la represión que ejerció contra los manifestantes.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la represión a las protestas dejó 325 muertos y 400 detenidos, mientras que el gobierno nicaragüense reconoce 198 víctimas fatales y 340 manifestantes presos, además de pérdidas económicas por el orden de los 961 millones de dólares.
Según el mandatario, el pueblo nicaragüense «en medio del dolor que ha sufrido se llena de alegría y empuja para salir adelante» y con el deseo de trabajar, tener «paz y reconciliación».
Un informe publicado la semana pasada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que la CIDH había enviado a Nicaragua, determinó que durante la crisis el Estado nicaragüense llevó a «cabo conductas que, de acuerdo con el derecho internacional, deben considerarse crímenes de lesa humanidad».
El pasado 20 de diciembre, el presidente estadounidense Donald Trump firmó una ley conocida como «Nica Act» que limita el acceso de Nicaragua a préstamos internacionales y establece sanciones a personas vinculadas al gobierno por los abusos cometidos en la represión a las protestas.
En su discurso, Ortega omitió referirse a las sanciones norteamericanas que buscan presionarlo para que retorne por el camino de la democracia.
Tampoco se pronunció sobre la reciente decisión del secretario general de la OEA, Luis Almagro, de iniciar el discutir la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, que podría derivar en la suspensión del país del organismo.