Washington (AFP) – Una delegación de congresistas estadounidenses que viajaron este martes a Nuevo México para investigar la muerte de una niña guatemalteca de siete años mientras estaba bajo custodia de la patrulla fronteriza denunciaron «fallos sistémicos» en el proceso y condiciones de higiene deplorables.
La niña identificada como Jakelin Caal falleció el 8 de diciembre en el hospital de El Paso, en Texas, después de haber sido detenida junto a su padre tras cruzar la frontera desde México en la noche del 6 de diciembre.
«Hoy nos enteramos de algunos fallos sistémicos muy perturbadores relativos a cómo fue manejada la situación de la niña», dijo a la prensa Joaquin Castro, un representante demócrata por Texas que dirigió la delegación que visitó el centro gestionado por la patrulla fronteriza en Lordsburg, Nuevo México, donde estuvo detenida la niña.
La menor de siete años había recorrido con su padre más de 3.000 kilómetros para llegar a Estados Unidos desde la remota localidad de Raxruhá, en Guatemala.
El caso salió a la luz la semana pasada tras la publicación de la noticia por el diario The Washington Post.
«El asunto comenzó cuando el servicio de vigilancia de fronteras de Estados Unidos (CBP) violó la ley al no notificar al Congreso en un plazo de 24 horas que Jakelin había muerto bajo su custodia», afirmó Castro, que presidirá a partir de la próxima legislatura la Liga de Congresistas Hispanos.
Según el informe de la cancillería guatemalteca, la niña presentó fiebre y vómitos en el trayecto desde el lugar donde fueron detenidos hacia la estación de Lordsburg.
Castro indicó que durante el traslado, un recorrido de 94 millas (151 kilómetros), no había nadie a abordo del vehículo que pudiera darle el auxilio médico que ella requería.
En la mañana del 7 de diciembre, cuando el estado de la menor se agravó, la niña tuvo que ser trasladada por una ambulancia aérea a un hospital de El Paso, en Texas, donde murió.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) anunció que realizará una investigación por la muerte de la niña y que los resultados se presentarán al Congreso y serán públicos.
– «Inhumano» –
Esta tragedia se produce en un momento en que en Estados Unidos hay casi 15.000 menores extranjeros no acompañados a cargo del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS). Según las estadísticas, estos niños pasan en promedio 60 días en estos centros.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho de su tolerancia cero contra la inmigración uno de los ejes de su agenda.
En medio de la implementación de esta política, entre el 5 de mayo y el 9 de junio, 2.300 migrantes menores de edad fueron separados de sus padres, lo que generó indignación en el país y en todo el mundo.
La delegación denunció que el centro de detención de Lordsburg está sobrepoblado y que las condiciones de higiene son deplorables. Los congresistas constataron además que cuando la niña tuvo que ser atendida no había una cama para que descansara y tuvo que ser colocada encima de una mesa.
«Vimos a niños con adultos en recintos sobrepoblados con un retrete compartido totalmente abierto a la vista de todos», dijo el congresista demócrata Ben Ray Luján, quien pidió una «investigación independiente».
Para el congresista Al Green, lo que vio en este recinto es «inconcebible» y afirmó que una asociación animalista no permitiría que se diese a animales el trato que allí se da a las personas.
«¡Esto es inhumano!», afirmó. «Había niños, al menos 85 decía que era la capacidad máxima, yo creo que había más de 100 entre hombres, mujeres y niños amontonados, unos encima de otros y obligados a tener que usar el retrete delante de todos», agregó.