Caracas (AFP) – Profesores venezolanos del sector público se enfrentaron este miércoles con policías y militares al intentar ingresar por la fuerza al Ministerio de Educación, durante una protesta en Caracas por reclamos salariales.
Tras lanzar proclamas frente al edificio, un grupo de docentes quiso romper el cerco policial formado a la entrada, desatándose un forcejeo en medio del cual manifestantes denunciaron haber sido golpeados.
«Llegó un policía y me dio un batazo sin mediar palabra», dijo alterado un educador a la prensa, mientras sus colegas gritaban: «¡Somos docentes, no somos delincuentes!».
Entre tensiones, delegados sindicales se reunieron con autoridades del ministerio, quienes aseguraron que el titular del organismo, Aristóbulo Istúriz, está presto a discutir los reclamos la próxima semana.
«Está dispuesto a negociar», declaró a la AFP Maryuri Maldonado, del sindicato de funcionarios públicos de la educación.
Los docentes exigen a Istúriz -exprofesor y exsindicalista- mejoras salariales o, de lo contrario, irán a una huelga indefinida.
«Si tenemos que paralizar las escuelas, las paralizaremos», advirtió Maldonado.
Sin referirse directamente al conflicto salarial, el presidente Nicolás Maduro dio un espaldarazo a su ministro. «Es hiperquinético, trabajador, incansable. ¡Quiero pedir un aplauso para el profesor Aristóbulo Istúriz!», exclamó en un acto televisado.
Un profesor venezolano de educación media gana entre 1.800 bolívares (el sueldo mínimo, equivalente a 28 dólares) y 3.000 bolívares, dependiendo de su categoría. Si tiene posgrado o doctorado, apenas llega a 4.800.
Un salario básico solo alcanza para comprar un kilo de carne y un kilo de queso.
«Nos estamos muriendo de hambre (…). Acabé de cobrar 900 bolívares, compré huevos y unos plátanos y se me acabó el dinero», dijo la sindicalista Lourdes Villarreal.
La educación en el otrora rico país petrolero enfrenta graves problemas, como la renuncia de profesores y la deserción de estudiantes por la crisis.
«Desde mediados de 2017 se presenta una desbandada a todos los niveles: alumnos, profesores, obreros, administrativos. Diría que de 50%», comentó Maldonado.
Según la Asociación de Institutos Educativos Privados, 20% de los docentes han dimitido por los bajos sueldos y 25% de los estudiantes se retiraron este año por el costo de la matrícula.
– Sueldo básico –
Según los maestros, la convención colectiva, con sus beneficios, quedó en el limbo al entrar en vigor en septiembre el nuevo sueldo básico de 1.800 bolívares soberanos, denominación surgida tras la eliminación de cinco ceros a la moneda local.
La mayoría de los trabajadores del sector pasó a ganar el mínimo, sin que se actualizaran escalafones.
Los salarios en Venezuela son devorados por una inflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta en 1.350.000% para 2018 y en 10.000.000% en 2019.
Entre martes y miércoles hubo manifestaciones de profesores, además, en los estados Táchira (oeste), Aragua y Carabobo (centro).
Las protestas de empleados públicos se incrementan en Venezuela, confrontada a cinco años de recesión y escasez de alimentos y medicinas, lo que ha empujado a unos 2,3 millones de personas a emigrar desde 2015, según Naciones Unidas.
De acuerdo con la prensa, el descontento alcanzó a trabajadores de la televisora gubernamental VTV, que se manifestaron el martes para exigir el pago anticipado de aguinaldos.
La ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social asegura que entre enero y octubre pasado se registraron 10.773 protestas en el país en reclamo de alimentos, salud, servicios públicos y mejoras laborales.
– Disturbios universitarios –
La situación en el sector universitario es igualmente tensa, con protestas de profesores y estudiantes por problemas presupuestarios.
Este miércoles, en la Universidad de Carabobo, hubo disturbios cuando estudiantes elegían a sus dirigentes.
La rectora Jessy Divo denunció que individuos armados, que vincula con el oficialista gobierno regional, lanzaron bombas lacrimógenas y efectuaron disparos en la casa de estudios. Los sucesos dejan, según líderes estudiantiles, una veintena de heridos.
El gobernador Rafael Lacava negó las acusaciones.