Reyna ha vivido por 18 años en Los Ángeles, en donde ha logrado darle una buena vida a su hija de ocho años. Aunque nunca ha tenido problemas con la ley o las autoridades de inmigración, recibió una carta de auto deportación poco antes de la navidad del año pasado.
En la carta, le pedían que se presentará ante las autoridades del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) o que se fuera directamente a su país. Reyna no sabia que hacer e incluso pensó en irse para evitar problemas.
“Fue una gran sorpresa para mi. Mi Navidad fue muy triste”, dijo Reyna, de 39 años y quien no quiso revelar su apellido. “Mucha gente me aconsejó irme y yo hasta había pensado en hacerlo o esconderme, pensando más que todo en mi hija, porque ella sólo me tiene a mí”, añadió la inmigrante de origen guatemalteco.
Pero después de varios días de angustia, le contó al obispo de su iglesia sobre la carta y él le aconsejó que fuera con un abogado. Reyna consultó con la abogada Jessica Domínguez y ella le ayudó a comprender que la carta era falsa, porque no venía en un sobre oficial de las autoridades de ICE.
“Pero hasta hoy, todavía tengo miedo, porque saben donde vivo y tienen toda mi información”, dijo Reyna, a quien no le exigieron una cantidad de dinero sino que solo se fuera del país antes del 31 de diciembre.
Desde hace algún tiempo, personas inescrupulosas se han dado a la tarea de enviar cartas o hacer llamadas telefónicas en donde amenazan a las personas que serán deportadas si no pagan cierta cantidad de dinero. Incluso se hacen pasar por abogados para intimidar a las personas y convencerlas de pagar la cantidad exigida.
“Queremos enviar el mensaje a la comunidad de que ellos no deben tener miedo. Solo tienen que reportarlo para defender sus derechos porque sino, no habrá nada que podamos hacer por ellos”, dijo Domínguez.
Domínguez destacó que los organismos del gobierno no llaman por teléfono y las cartas deben llegar en sobres oficiales de las autoridades de inmigración y con un sello en el lugar donde se colocan las estampillas. Si el sobre vienen con estampillas, debe descartarse y consultar con un abogado.
Aunque aún no se han determinado si estas cartas provienen de grupos anti inmigrantes, los abogados de inmigración y organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes piden a las personas que denuncien a las autoridades si reciben este tipo de cartas o llamadas telefónicas amenazantes.
“El fraude en inmigración afecta a las personas el doble de lo que afecta a una persona que es estafada con la compra de un carro o una casa”, dijo Rigoberto Reyes, jefe de investigaciones del Departamento de Protección al Consumidor del Condado de Los Ángeles.
“Cuando compra uno un producto, pierde el dinero si lo estafan. Pero si es el fraude de inmigración, pierde el dinero y el sueño, la oportunidad de poder legalizarse si hubiese ido con alguien competente en lugar de ir con un estafador”, añadió Reyes.
Además de estar alertas con la llegada de cartas falsas o llamadas amenazantes, Reyes también aconseja a los inmigrantes indocumentados no confiar en personas que les prometen arreglar sus papeles sin ningun inconveniente.
Deben estar atentos a señales como promesas de obtener la residencia legal en forma rapida, cobro de honorarios en efectivo, que no deja registro de la transaccion. Tampoco deben confiar en personas que les piden que falsifiquen sus datos en la solicitud.
“En nuestras comunidades confiamos en personas que hablan nuestro idioma, que son de donde nosotros somos y, por lo tanto, nos ponemos en sus manos”, dijo Reyes. “Creemos que tienen la solución al problema que estamos enfrentando”.
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