Santiago (AFP) – La Corte Suprema de Chile rebajó la pena de cadena perpetua para dos indígenas mapuche condenados por el asesinato de una pareja de ancianos en 2013 en el sur del país y la reemplazó por una de 18 años, informó este miércoles el Poder Judicial.
El tribunal también mantuvo la sentencia de cinco años impuesta a un tercer indígena y eliminó «la calificación de terrorista al delito de incendio» por el que todos habían sido condenados tras la muerte de un matrimonio en un incendio intencional de su casa en la región de la Araucanía (unos 680 km al sur de Santiago).
En un fallo unánime, de revisión de la sentencia emitida el 11 de junio por el Tribunal de la ciudad de Temuco, la Corte Suprema rebajó la condena aplicada a José Tralcal Coche y Luis Tralcal Quidel y los condenó «como autores del delito consumado de incendio con resultado de muerte» del matrimonio Luchsinger-Mckay.
En tanto, José Peralino recibió cinco años, «con el beneficio de la libertad vigilada».
«Para poder otorgarle el carácter de terrorista a alguno de los delitos allí mencionados (…) resulta indispensable que la finalidad del agente, al ejecutar el hecho punible, sea la de causar en la población o en una parte de ella el temor justificado de ser víctima de delitos de la misma especie», explica el fallo de la Corte Suprema.
La calificación terrorista es de amplia discusión en la zona. El gobierno del presidente Sebastián Piñera asegura que operan allí «grupos de carácter terrorista«, pero la Justicia no ha podido determinar la existencia de éstos.
«Nos hubiese gustado una pena mayor y mantener calificación terrorista por crueldad del crimen», comentó este miércoles el ministro del Interior, Andrés Chadwick.
De su lado, Amnistía Internacional (AI) estimó que «eliminar el carácter de terrorista del delito y rebajar las penas a los inculpados de ninguna manera es suficiente, pues no contribuye a remediar la injusticia cometida contra ellos».
Por este caso, ya fue condenado el curandero mapuche Celestino Córdova y también fueron absueltos la ‘machi’ -o líder religiosa- mapuche Francisca Linconao junto a otros siete indígenas.
El caso se transformó en uno de los más emblemáticos en el marco de violencia registrada en la región de la Araucanía, donde se registran frecuentes ataques incendiarios que organizaciones radicales mapuches reivindican como «acciones de resistencia» ante sus demandas de restitución de tierras ancestrales.