Tegucigalpa (AFP) – Cientos de policías y militares hondureños reprimieron este sábado con bombas lacrimógenas a miles de opositores que marcharon en Tegucigalpa en forma paralela al desfile promovido por el gobierno para conmemorar el 197 aniversario de la independencia centroamericana.
El expresidente derrocado en 2009, Manuel Zelaya, dirigía un mensaje en un estrado en el parque central de la capital, ante más de 5.000 personas -según estimaciones de la prensa-, cuando empezó la lluvia de bombas de gases y potentes chorros de agua desde tanquetas lanzada por más de mil policías y militares.
«No descansaremos hasta sacar al (presidente) Juan Orlando Hernández y a la dictadura que oprime al pueblo hondureño», afirmaba Zelaya en su discurso. Minutos después los manifestantes tuvieron que huir en medio de las densas capas de humo de las bombas.
Algunos de los asistentes que quedaron en medio de los gases cayeron desmayados y los propios policías tuvieron que auxiliarlos. Otros agentes persiguieron por las calles del centro a los opositores, algunos de los cuales contraatacaron con piedras protegiéndose entre los edificios.
La movilización convocada por el partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), coordinado por Zelaya, partió del final del bulevar Morazán (este) al parque central, en un recorrido de unos tres kilómetros.
«Fuera JOH», gritaban los manifestantes en referencia al presidente Juan Orlando Hernández, una consigna que vienen repitiendo desde que la oposición acusó al actual gobernante de haber ganado la reelección mediante un fraude en los comicios de noviembre.
«Venimos a la protesta porque no tenemos ninguna independencia qué celebrar, vivimos en una dictadura y nos movilizamos para decir que en Honduras existe un pueblo consciente», dijo a la AFP Cristian Sanabria, un estudiante de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional, de 25 años.
La marcha se desarrolló en forma paralela al desfile de más de 10.000 estudiantes de secundaria y de militares y policías que, organizado por el gobierno, transitó por el bulevar Suyapa hacia el Estadio Nacional, también al este de la capital hondureña.
Los estudiantes y militares marcharon al son de bandas marciales con pomponeras y bastoneras hacia el estadio, donde se congregaron más de 20.000 personas, según estimaciones gubernamentales, incluyendo al presidente Hernández y funcionarios del gobierno.
«Respetemos unos con otros, querámonos como hermanos», demandó Hernández en un corto mensaje durante la ceremonia en el estadio.