Río de Janeiro (AFP) – Una semana después del incendio que redujo a cenizas el Museo Nacional de Rio de Janeiro, las autoridades tratan de rescatar algunas de las 20 millones de piezas que conformaban su acervo.
Las actividades requerirán un trabajo arqueológico «minucioso, lento y con mucha atención», afirmó Wagner Martins, museólogo de 50 años, director administrativo de la institución, en una entrevista con la AFP.
Pregunta: ¿En qué consiste el trabajo de búsqueda?
Respuesta: La búsqueda ha sido hasta ahora de exploración (…), para detección de riesgos; si había material visible, de fácil acceso, lo recuperábamos, junto a los bomberos y la Policía Federal.
Otras piezas no son visibles ni de fácil acceso, en áreas de riesgo, y para llegar hasta ellas hay que reforzar la seguridad mínima de acceso. Los equipos están recibiendo formación y entrenamiento, pero todavía no hay autorización para entrar a hacer el trabajo arqueológico de recuperación de piezas. Es un trabajo lento, sistemático, técnico, que precisa garantías mínimas de seguridad.
Pregunta: ¿Cómo se realizará el trabajo de recuperación?
Respuesta: Existe una metodología de trabajo por identificación de capas. Hubo un derrumbe de tres pisos: un piso encima del otro. El trabajo de arqueología debe empezar entonces por las recuperaciones en el tercer piso, luego en el segundo y finalmente en el primer piso.
Si vamos a buscar a Luzia [el fósil humano más antiguo hallado en el actual Brasil, que estaba en exposición en el primer piso] y removemos los escombros que cayeron sobre ella, perdemos la posibilidad de rescatar otras piezas. Es un trabajo técnico, metodológico, sistemático, que será dirigido por arqueólogos.
Pregunta: ¿En qué etapa se encuentran las investigaciones sobre las causas del incendio?
Respuesta: La Policía Federal ya identificó el sector del inicio del incendio. Pero todavía no se han identificado exactamente la causa ni el lugar preciso.
Pregunta: ¿Las autoridades del museo temían una catástrofe como ésta?
Respuesta: Cualquier museo público la teme. Es inevitable. El museo carecía de recursos para mantenimiento y trabajábamos por obtenerlos.
Pero evidentemente en un edificio antiguo, con necesidades de reformas estructurales. Existía un visible deterioro en las paredes, el piso, con ataques de termitas. (…) El Museo Nacional tenía un plan de acción, los tres locales que se construyeron en el jardín formaban parte de ese plan. No se perdieron más colecciones gracias a esa transferencia [de piezas a los nuevos locales]. Si no, se habría perdido todo.
Pregunta: ¿Qué parte del presupuesto del museo se destinaba a mantenimiento?
Respuesta: El presupuesto para mantenimiento era muy insuficiente. El museo disponía de unos 500.000 reales [anuales, unos USD 125.000], algo irrisorio (…). Los recursos para acciones de emergencia, contrataciones, obras y reformas son absolutamente insuficientes. Alcanzaba para comprar lámparas y papel higiénico. Ese era el gran problema de la institución: buscar recursos. Conseguíamos hacer obras vía incentivos fiscales. Desgraciadamente, el incendio cambia las necesidades; ahora trabajaremos para garantizar que esos recursos permitan el resurgimiento del Museo Nacional, el regreso de las exposiciones, la recuperación del edificio, el retorno de la producción científica.
Pregunta: ¿Cómo continuarán trabajando?
Respuesta: El apoyo de emergencia para tareas de estabilización, esos 10 millones [de reales] anunciados resolverán las garantías de seguridad para la recuperación [de piezas]. Hay una información, que no tengo confirmada, de apoyo de la UNESCO o del IPHAN [Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional] para el proyecto de reconstrucción del museo. (…). No tengo garantías de [otros] recursos del gobierno. Existen señales de la Cámara de Diputados. Pero no tengo nada concreto.