Bogotá (AFP) – El ELN dejó en libertad este miércoles a tres militares que había secuestrado el 8 de agosto en Colombia, antes de que venza el plazo que se dio el gobierno para evaluar si retoma diálogos de paz con esa guerrilla.
«Es una buena noticia que tres personas hoy hayan regresado a sus hogares después de ser víctimas de ese flagelo miserable del secuestro, pero lo cierto es que los colombianos queremos la liberación de todos los secuestrados», declaró el presidente Iván Duque a la prensa en la ciudad de Bucaramanga (noreste).
El mandatario reiteró su exigencia de que el grupo rebelde libere a todas las personas en su poder para retomar los diálogos de paz iniciados en 2017.
Los uniformados fueron entregados en la mañana a una «comisión humanitaria» conformada por la Defensoría del Pueblo (ombudsman) y la Iglesia católica, señaló el organismo que vela por los derechos humanos en el país. Primero fueron trasladados a la ciudad de Arauca, próxima a la frontera con Venezuela, y luego a Bogotá, dijo a la AFP una fuente militar.
«Los soldados fueron recibidos en buen estado y atendidos por médicos y psicólogos de la Unidad Militar», indicó el Ejército en un boletín.
Los soldados Yair Vega, Juan Pablo Rojas y Eduardo Caro habían caído en manos de los rebeldes cuando se movilizaban por Arauca (noreste). Según el alto mando militar, los tres iban desarmados y viajaban de civil en un vehículo.
En las imágenes divulgadas por la Defensoría, se ve a los tres militares caminando por una zona rural y a lo lejos una pancarta del grupo guerrillero.
Reconocida oficialmente como la última guerrilla de Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) había tomado como rehenes a los militares junto a otras seis personas en acciones realizadas al término de los diálogos de paz que sostuvo hasta agosto con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos (2010-18).
El martes la organización guevarista, que se levantó en armas en 1964, comunicó su decisión de liberar a este grupo de secuestrados de manera unilateral, tras semanas de forcejeo con el gobierno en torno a protocolos que permitieran la entrega.
– A horas del plazo –
Al asumir el poder, Duque dijo que se tomaría un plazo de un mes (que expira el viernes) para decidir si retoma las conversaciones con el ELN, tras el desarme y transformación en partido de las FARC el año pasado.
«Sigo diciéndole al ELN: si hay voluntad genuina de desmovilización, desarme y reinserción, acá estamos listos, pero Colombia quiere que se le dé un gesto claro y contundente que empieza por la liberación de todos los secuestrados y la suspensión de todas las actividades criminales», agregó este miércoles el presidente.
Duque llegó al poder con la promesa de modificar el histórico pacto de paz con las disueltas FARC, que considera indulgente con la que fue la guerrilla más poderosa de América, y de endurecer las condiciones para negociar con el ELN.
Para continuar las conversaciones, el presidente ha exigido además que los combatientes del ELN, calculados en unos 1.500 según cifras oficiales, se concentren bajo supervisión internacional y cesen actividades ilícitas como el narcotráfico.
El ELN ha negado tener vínculos con el tráfico de drogas, que ha alimentado a los actores armados de la sangrienta guerra colombiana, pero ha reconocido que en sus zonas de influencia cobra a quienes ejercen actividades legales e ilegales.
Expertos han advertido de la dificultad de negociar con la guerrilla guevarista, que cuenta con una amplia red de colaboradores, por su estructura federal y porque ponen en entredicho su unidad de mando.
Colombia busca salir de un conflicto armado que en medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcotraficantes, con saldo de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.