Caracas (AFP) – «¿Qué pasó?», se preguntó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, mirando al cielo. Un dron explotó y silenció su discurso en una parada militar. Un segundo estallido terminó de desatar el caos: la formación se rompió y cientos de soldados corrieron asustados.
El primer estruendo interrumpió al mandatario cuando advertía desafiante que no vendería más gasolina subsidiada a quienes no acataran un censo de vehículos. No pudo completar la frase.
La escena le puso alas a las denuncias de magnicidio hechas reiteradamente por el mandatario, con un amplio rechazo popular a raíz de la escasez de alimentos y medicinas y una inflación que podría cerrar 2018 en 1.000.000%, según el FMI.
El discurso, transmitido en cadena de radio y televisión, cumplía una hora y cinco minutos. Un cadete enfocado por las cámaras del canal del gobierno desvió su mirada desconcertado. Segundos después, decenas de militares rompían filas y corrían en estampida.
Maduro pronunciaba las palabras de cierre de la ceremonia en la que se celebraban los 81 años de la Guardia Nacional, un cuerpo militar que la oposición señala de reprimir las protestas que dejaron 125 muertos en 2017.
Frunciendo la nariz, el presidente intentaba comprender lo ocurrido de boca de los cuatro escoltas que lo cubrían con escudos blindados. Detrás, su esposa Cilia Flores, que en principio brincó aterrada llevándose las manos al pecho, lo miraba más calmada.
En primera fila, al lado de Maduro, los miembros del alto mando militar saltaron confundidos. Uno de los ayudantes se abalanzó sobre el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, parado a la izquierda del presidente.
«Tapa, tapa, tapa arriba Castillo», indicaba nervioso uno de los guardias de seguridad. «Vámonos por la derecha», ordenó Maduro en el último extracto de audio que pudo escucharse antes del abrupto corte de la transmisión.
– «Había mucha confusión» –
Marco Salgado, fotógrafo argentino radicado hace diez años en Venezuela, fue testigo del incidente y logró captar la imagen de un militar con la cara ensangrentada. Uno de los siete que resultó heridos, según el gobierno.
«Estaba de espaldas al escenario, sentí la onda expansiva. Mi sensación es que había un cohete que había explotado muy cerca de mí. Cuando miré hacia el escenario vi que estaban cubriendo al presidente», contó Salgado a la AFP.
Por el hecho, que se adjudicó un supuesto grupo rebelde que dice buscar la salida de Maduro, hay seis detenidos acusados de tripular dos drones a distancia cargados con un kilo de explosivos C4, explicó el ministro de Interior, Néstor Reverol.
El primer artefacto fue «desorientado» con inhibidores de señal, aseguró Reverol. El otro perdió el control y cayó sobre un edificio adyacente a la céntrica avenida Bolívar, dejando una columna de humo.
Tras la segunda detonación echaron a correr los militares que estaban en formación y en los palcos dispuestos a los costados de la amplia avenida, que otrora fue escenario de grandes concentraciones del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
«Había mucha confusión. La gente corría a todos lados. Muchos no sabían por dónde salir. Creo que todos estaban confundidos, los espectadores y la misma Guardia Nacional. Ya al presidente lo habían sacado», relató Salgado.
Una voz de mando que le pedía insistentemente a los efectivos «mantenerse en lugar» no pudo evitar que rompieran la formación invadidos por el pánico, añadió.
Pero Maduro, aunque desconcertado, mantuvo la calma. Dijo que llegó a pensar que se trataba de un artificio pirotécnico, algo que suele ser común en los actos oficialistas.
Transcurrió una hora para conocer un parte oficial. Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación e Información, dijo ante las cámaras que el presidente había sido objeto de un «atentado».
Pero «para tranquilidad de todos ha resultado completamente ileso», recalcó el funcionario.
Tres horas después del episodio que denunció como un plan para asesinarlo, Maduro contó que su primera «reacción fue de observación, de serenidad» porque confía en la Fuerza Armada.
«Ese dron venía por mí», afirmó durante la alocución transmitida en cadena obligatoria de radio y televisión.
«Es muy grave, se pasaron y se comieron la luz», dijo el mandatario al repartir culpas entre la «ultraderecha», como llama a la oposición, el presidente colombiano Juan Manuel Santos y Estados Unidos.