Bogotá (AFP) – El ejército colombiano capturó este martes al hermano y hombre de confianza de Guacho, un exguerrillero de las FARC buscado por Ecuador y Colombia y quien comanda a un grupo de disidentes en la frontera.
El sospechoso fue identificado como Juan Gabriel Arizala, alias Javier, y su detención se produjo en una apartada zona del municipio de Tumaco, en la zona limítrofe, según el alto mando militar.
Javier forma parte de la organización Oliver Sinisterra y era el «encargado de manejar milicias» en esa zona, sostuvo el general Jorge Hoyos, de la Fuerza Hércules del ejército.
Además, actuaba como «enlace directo de esa estructura» con su líder Guacho, agregó Hoyos en un video oficial.
Arizala enfrentará cargos por «concierto para delinquir», según la fiscalía.
El familiar de Guacho -implicado en el asesinato de un equipo de prensa ecuatoriano que había sido secuestrado el 26 de marzo en la frontera- cayó en medio de los intensos operativos que se realizan en ambos países.
En su cuenta de Twitter, el presidente colombiano Juan Manuel Santos destacó el «golpe importante» propinado por el ejército y la fiscalía contra el exguerrillero.
Identificado oficialmente como Walther Arizala, Guacho se apartó del acuerdo de paz que condujo al desarme de unos 7.000 rebeldes de las FARC en 2017.
El exmando medio de la guerrilla marxista es acusado por el ejército colombiano de operar como brazo armado del cartel mexicano de Sinaloa, y de estar además involucrado en el secuestro de una pareja de ecuatorianos.
Arizala se disputa con otras bandas el control del narcotráfico en Tumaco, una empobrecida localidad del departamento de Nariño que concentra la mayor cantidad de narcocultivos en Colombia.
A principios de año Guacho y sus hombres desataron una inusual ofensiva en Ecuador que ya deja siete muertos, cuatro militares y los tres trabajadores del diario El Comercio de Quito.
Los disidentes están inmersos en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, a través de la ruta del Pacífico, así como en la explotación ilegal de madera y oro, entre otros.
Sin un mando unificado, inteligencia militar calcula que esos grupos cuentan con un pie de fuerza de 1.200 combatientes distribuidos en varios puntos de Colombia.