Nueva York (AFP) – Una pintura de Rufino Tamayo de 1942, «Perro aullando a la luna», estimada en hasta siete millones de dólares, podría batir el récord para el artista mexicano en subastas la semana próxima en Nueva York, y quizás para el arte latinoamericano en subastas en general.
«Esta es la mayor estimación jamás hecha para una pintura de Tamayo (…) Es uno de sus cuadros más icónicos y emblemáticos», dijo a la AFP Anna Di Stasi, directora de arte latinoamericano de Sotheby’s Nueva York. «Hace décadas que no teníamos una pintura de Tamayo de esta calidad».
La perturbadora obra, pintada por Tamayo en Nueva York e inspirada en el Guernica de Picasso (1937), muestra a un perro de enorme torso de frente, de cabeza levantada y mandíbula abierta, aullando a la luna detrás de una pila de huesos desnudos.
La pintura transmite el aislamiento y la angustia de Tamayo ante la Segunda Guerra Mundial y la incertidumbre sobre lo que vendrá, justo antes del involucramiento de Estados Unidos en el conflicto, señaló Di Stasi.
Aunque su valor estimado es de cinco a siete millones de dólares, podría obtener incluso más en la subasta de arte moderno y contemporáneo de Sotheby’s el 14 de mayo.
Cuando pintó esta obra, Tamayo (1899-1991) residía en Nueva York y ya exhibía sus obras en las galerías de arte más conocidas, donde se exponían también obras de Picasso -como el Guernica-, Matisse y Miró, recordó Di Stasi.
Aunque inspirada en el Guernica, «la pintura de Tamayo es mucho más colorida», con vibrantes terracotas inspirados en las esculturas fúnebres precolombinas, azules y verdes, precisó.
«Hay una desesperación animal de no saber si vendrá realmente el fin del mundo. Es una obra muy histórica», dijo la experta. Una pintura hermana, «Animales» (1941) es propiedad del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
El actual récord en subastas es ostentado por la también mexicana Frida Kahlo, cuyo «Dos desnudos en el bosque (La tierra misma)», fue vendido por 8,5 millones de dólares en 2016 en Christie’s en Nueva York.
Hasta entonces el récord lo tenía desde 2008 «Trovador» (1945) de Tamayo, vendido en Christie’s.
Pero la obra más cara jamás vendida de un artista latinoamericano es «Baile en Tehuantepec», pintada por otro mexicano, Diego Rivera, en 1928. Fue comprada por el empresario y coleccionista de arte argentino Eduardo Constantini a una colección privada fuera de México por 15,7 millones de dólares en 2016.