Managua (AFP) – El gobierno de Daniel Ortega liberó este martes a decenas de jóvenes detenidos y levantó el bloqueo a un canal censurado, en un intento de contener la peor crisis en sus más de once años de mandato que dejó 27 muertos en menos de una semana.
Entre tanto, una propuesta de diálogo nacional para salir de la crisis recibió impulso con la decisión de los obispos católicos de mediar en el proceso, saludada por Ortega así como por el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Las autoridades liberaron este martes a decenas de manifestantes que habían sido detenidos desde que estallaron las violentas protestas contra la reforma al sistema de pensiones el miércoles pasado, informaron fuentes de derechos humanos.
La revocación de la reforma el domingo no frenó las protestas contra el gobierno de Ortega, a quien muchos acusan de querer perpetuarse en el poder, con el control del Congreso, la Justicia y el tribunal electoral.
«Se han convertido en una ola de protestas a nivel nacional contra la represión, la censura a los medios de comunicación, la reducción de las libertades civiles y políticas, y contra el abuso de fuerza por parte de las autoridades», opinó Juan Felipe Celia, director adjunto del Centro para América Latina del Atlantic Council, un foro de reflexión independiente con sede en Washington.
El gobierno estadounidense endureció su tono y condenó el uso de «la represión» en las manifestaciones y la censura a los medios.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, en Ginebra, mientras instó «a las autoridades nicaragüenses a asegurar que haya investigaciones prontas, profundas, independientes y transparentes de estas muertes», muchas de la cuales pudieron haber sido «ilegales».
– «Señal de normalidad» –
La vicepresidenta Rosario Murillo, esposa de Ortega, buscó apaciguar los ánimos y aseguró que el país comienza a recuperar la normalidad.
El canal privado 100% Noticias volvió a transmitir por su señal de cable, tras ser bloqueado por las autoridades al inicio de las manifestaciones cuando transmitía las protestas en vivo.
Los otros tres canales bloqueados entonces recuperaron la señal en menos de 24 horas.
El gobierno de Ortega convocó el sábado pasado a un diálogo con el sector privado, con mediación de la Iglesia católica, pero los empresarios condicionaron su participación al fin de la represión, la liberación de los presos de las protestas, y que incluya a todos los sectores de la sociedad.
– Impulso al diálogo –
El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, aceptó este martes servir de «mediador y testigo» del diálogo, pero insistió en que el gobierno «evite todo acto de violencia».
El presidente Ortega envió una carta a los obispos para agradecer su disposición a mediar en las conversaciones.
«Nuevamente nuestra gratitud, en nombre de las familias nicaragüenses y del gobierno (…) por su disposición de participar como mediadores y testigos en estos importantes eventos de la historia presente de Nicaragua», señaló la carta leída en los canales de televisión estatales por Murillo, al lado de Ortega.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, también congratuló a los obispos en Twitter e hizo votos por que el diálogo «genere resultados para resolver los temas institucionales que afectan al país».
Igualmente, el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Aguerri, dijo a AFP que considerada que las condiciones eran propicias para el diálogo y que los empresarios solo esperan el llamado de la Iglesia para participar.
Insistió en que el diálogo debe restaurar la credibilidad del sistema electoral, controlado por el oficialismo, y propiciar una nueva ley de partidos políticos que garantice la participación electoral de todas las fuerzas.
– Marcha pacífica –
Algunos piden directamente la salida del mandatario nicaragüense.
«¡Qué se vayan, qué se vayan!» Ortega y Murillo, corearon el lunes por la noche decenas miles de personas durante una marcha «por la paz y el diálogo» en Managua.
Los manifestantes se apoyaron en las redes sociales para convocarse, denunciar y colgar videos con heridos o muertos.
«Daniel y Somoza son la misma cosa», se leía en una pancarta en la marcha que congregó a estudiantes, trabajadores y empresarios. El régimen de Anastasio Somoza, cuya familia gobernó con mano de hierro en Nicaragua, fue derrocado por la revolución sandinista en 1979.
La Asamblea Nacional (Congreso) aprobó por unanimidad un «llamado al diálogo y la paz», dijo el diputado oficialista Carlos López, mientras activistas exhibían frente a la sede legislativa pancartas de apoyo al diálogo.