México (AFP) – Un total del 157 objetos punzocortantes fueron localizados al interior de la cárcel del balneario mexicano de Acapulco donde la semana pasada 28 reos fueron asesinados durante una riña, informó este lunes la secretaria de Seguridad del sureño estado de Guerrero.
Policías estatales, apoyados por militares, realizaron un operativo dentro del penal durante el cual localizaron estos objetos punzocortantes que pueden ser usados como armas y entre los que se incluyen 12 cuchillos, once varillas, 37 metales afilados, entre otros.
Las autoridades también decomisaron teléfonos celulares, dinero en efectivo, diversos aparatos electrodomésticos, entre ellos un reproductor DVD, cinco televisores de plasma, siete bocinas, un decodificador, dos aires acondicionados y dos mini-neveras.
Localizaron además un pico, un azadón, cuatro serruchos, 33 seguetas, seis martillos, nueve tubos de acero, entre otros objetos.
Según las autoridades, la mayoría de las víctimas murieron por lesiones provocadas con arma punzocortante y por golpes con palos y piedras.
Tres guardias carcelarios y once reos son investigados por su posible participación en estos hechos violentos, uno de los más sangrientos registrados en los últimos años.
Si bien las primeras investigaciones señalan que la violencia estalló por una riña, un ex-reo que habló bajo condición de anonimato y que dijo haber pertenecido a una banda criminal señaló que la masacre la ordenó un preso que controla la zona de máxima seguridad de la cárcel.
En esta cárcel, según denuncias de familiares de reos, reinan la mafia, la tortura y la extorsión.
Las cárceles estatales mexicanas viven una crisis marcada por motines, asesinatos, fugas y violencia, en un ambiente de hacinamiento, corrupción y bajo el autogobierno de bandas criminales.
Uno de los episodios más sangrientos se registró en 2016 en la cárcel de Topo Chico, en el norteño estado de Nuevo León y que dejó 49 muertos por una pelea.