Naciones Unidas (Estados Unidos) (AFP) – El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el lunes por unanimidad una nueva misión en Colombia para ayudar a la exguerrilla de las FARC al inmenso desafío de reintegrarse a la sociedad tras más de medio siglo de conflicto armado.
El jefe de la ONU, Antonio Guterres, dijo en un comunicado que confía en que la misión «contribuirá a crear confianza y apoyará los esfuerzos de las partes para cumplir los compromisos mutuos a lo largo de la fase de reintegración, que es crítica para la consolidación de la paz».
La misión política tendrá un período inicial de 12 meses y comenzará el 26 de septiembre, cuando finaliza la primera misión de la ONU a cargo de verificar la dejación de armas de los exguerrilleros en Colombia.
En esta nueva etapa, los principales desafíos son la integración exitosa de unos 10.000 excombatientes a la vida política y la aplicación de un sistema de justicia especial que incluye miles de amnistías, un polémico asunto que se ha demorado y que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) consideran fundamental para lograr la paz.
«Celebro la aprobación de la resolución que crea la segunda misión de la ONU que nos seguirá acompañando en el camino hacia la paz», se felicitó el presidente colombiano Juan Manuel Santos en su cuenta Twitter.
La ONU considera al proceso de paz en Colombia como uno de sus mayores éxitos en los años recientes.
– Miles de amnistías –
La canciller colombiana, María Angela Holguín, estuvo presente en la sesión del Consejo y luego se reunió en privado con Guterres en su residencia oficial.
«Esperamos que la reintegración se inicie en los primeros días de agosto, una vez todo el proceso de amnistía llegue a su fin», declaró la canciller a periodistas.
Guterres se mostró «muy optimista» y mostró «un apoyo muy fuerte al proceso», dijo Holguín en una breve conferencia de prensa tras la reunión.
Ambos conversaron sobre las amnistías de exrebeldes y sobre los tres monumentos que se construirán con las armas entregadas por las FARC, que serán instalados en la sede de la ONU, en La Habana y en Colombia.
Holguín informó que Santos firmó el lunes un nuevo decreto que amnistía a unos 3.200 excombatientes que están en las 26 zonas de concentración de las FARC para completar ya cerca de 7.000 amnistiados.
A esta cifra se suman las amnistías previstas para los más de 3.000 excombatientes en cárceles, de las cuales se han completado 1.400 y faltan 1.700 según Holguín.
El jefe de la ONU debe presentar en 45 días al Consejo sus recomendaciones sobre la nueva misión, con precisiones sobre su tamaño y mandato.
Esta segunda misión se encargará sobre todo de verificar dos puntos del acuerdo de paz: 1) la transformación de las FARC en un grupo político y la reinserción económica y social de los exguerrilleros y las comunidades donde viven, y 2) la creación de una unidad especializada integrada por exmiembros de las FARC y fuerzas del orden para otorgar seguridad en las zonas donde vivirán los excombatientes.
El embajador francés, François Delattre, dijo que su país otorgará a Colombia un paquete de ayuda y préstamos por 930 millones de dólares para apoyar el proceso.
– El reto del campo –
La canciller colombiana aseguró que Santos, que obtuvo el premio Nobel de la Paz en 2016 por sus negociaciones con la guerrilla, no descansará en su último año en el poder para implementar al acuerdo, y que confía en que gobiernos futuros le darán continuidad.
El desarrollo «en todas las regiones del país y en especial en el campo es nuestro principal reto», dijo Holguín al Consejo en referencia a la zona del país que más ha sufrido el conflicto.
En territorios rurales antes controlados por las FARC hay un desafío en términos de «infraestructura, de vías, en términos de proyectos productivos, de educación», explicó la canciller. «Se va a hacer todo el esfuerzo y todo el trabajo para que (este espacio) no lo copen otro tipo de bandas criminales», dijo en referencia al peligro de que delincuentes comunes o disidentes de las FARC ocupen el vacío dejado por la guerrilla.
Tras un histórico acuerdo de paz, las FARC completaron la dejación de sus armas individuales el 27 de junio. En unos dos meses culminará la entrega de armas en caletas.
Una primera misión de la ONU verificó este proceso, que implicó la entrega de unas 7.000 armas por parte de los exguerrilleros luego de un conflicto que duró 53 años y dejó más de 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y más de siete millones de desplazados.
El gobierno de Santos mantiene asimismo un diálogo con la última guerrilla activa en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en Ecuador, donde el jefe negociador de los rebeldes, Pablo Beltrán, dijo a la AFP la semana pasada que el cese al fuego está cerca.