Montevideo (AFP) – El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, afirmó este martes que a su vicepresidente, Raúl Sendic, sumido en un escándalo por el uso de tarjetas de crédito corporativas y de un título académico que no poseía, es víctima de «bullying».
«Esto es ‘bullying’ y pico. Si la gente no sabe lo que es un bullying, que vean lo que están haciendo con Sendic», expresó Vázquez en declaraciones reproducidas por el sitio web del diario El País, formuladas durante la colocación de la piedra fundamental de una industria en Uruguay.
Varios políticos de oposición pero también del gobernante Frente Amplio (izquierda) han reclamado la renuncia de Sendic, de 54 años, luego de que denuncias periodísticas en base a información oficial dieran cuenta del uso que dio a su tarjeta de crédito corporativa cuando era presidente de la estatal petrolera ANCAP, entre 2010 y 2013, con gastos en tiendas deportivas y de lujo.
La petrolera, que tiene el monopolio de la refinación de hidrocarburos y fija los precios de los combustibles, tuvo que recibir una suerte de «capitalización» por parte del gobierno de Vázquez, quien asumió el primero de marzo de 2015, ante un déficit de unos 800 millones de dólares.
Además, Sendic es cuestionado por haberse presentado durante décadas con el título académico de «Licenciado en Genética Humana», presuntamente obtenido en una universidad cubana, cuya existencia nunca pudo probar y tras admitir al diario El Observador que no poseía ese diploma en particular.
El político enfrenta varias denuncias en la Justicia.
«Que actúen la Justicia, los tribunales de ética (del partido en el gobierno, el izquierdista Frente Amplio), que se expidan libremente y digan si hay o no delito. Después ahí tendremos una posición. Pero mientras tanto, ¿un bullying de este tipo?», declaró Vázquez sobre quien él escogió como compañero de fórmula para los comicios de 2014.
Sendic, hijo del fundador del movimiento guerrillero MLN-Tupamaros en Uruguay, fue ministro de Industria y titular de la petrolera ANCAP. Era visto como una figura de renovación en el Frente Amplio, cuyos principales líderes superan los 75 años. Sin embargo, su sector político ha sufrido muchos alejamientos y su cota de popularidad va en franca caída, según los sondeos.