Miami, 13 abr (EFE).- El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó hoy en términos muy duros al Gobierno venezolano, un «régimen», afirmó, que «tiene las manos manchadas de sangre», y exigió el cese de la «acción homicida de paramilitares» (colectivos) en las calles.
Con estas palabras manifestó Almagro su repudio al Gobierno de Venezuela en una ceremonia celebrada en la Alcaldía de Doral, ciudad aledaña a Miami (Florida), donde el grupo del exilio Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) le entregó la Orden del Exilio Venezolano Rómulo Betancourt.
«Sufro los dolores de Venezuela, sufro con cada venezolano» que resiste bajo un «régimen que tiene las manos manchadas de sangre», denuncio Almagro en un salón de actos abarrotado en el que recibió también las llaves de la ciudad de Doral de manos de su regidor, Juan Carlos Bemúdez.
Responsabilizó Almagro directamente al Gobierno venezolano de la «represión en las actuales marchas y protestas pacíficas», así como de la inhabilitación de candidatos políticos, lo que entraña un ejemplo de «dictadura».
Y acusó además al régimen de Nicolás Maduro de las «sentencias» del Tribunal Supremo de Justicia de la nación, unas sentencias que «consolidan lo que ya estaba en los hechos»: el «quiebre democrático, un atentado a la constitucionalidad en Venezuela», aseveró.
A la vez, cargó el secretario general de la OEA contra las «acciones homicidas de los paramilitares que se esconden bajo el nombre de colectivos» y pidió el «cese» de la «represión de las fuerzas del orden», que son en realidad del «caos».
El presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Venezuela, el opositor Julio Borges, aseguró este miércoles que las protestas antigubernamentales de la última semana han dejado siete fallecidos en el país, pese a que otras autoridades y medios locales cifran los muertos en cinco.
Almagro dejó claro a los exiliados venezolanos su determinación y compromiso en la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, un instrumento, hizo hincapié, que da a los venezolanos el «derecho a vivir en democracia e impone al Gobierno la obligación de promoverla y defenderla».
La OEA ha intentado sin éxito activar la Carta Democrática para denunciar la falta de garantías democráticas en Venezuela y suspender temporalmente al país como miembro, la sanción más alta de la que dispone este organismo.
Los numerosos venezolanos congregados en la Alcaldía de Doral recibieron al secretario general de la OEA con palabras de gratitud y gritos de «¡Gracias, secretario!» y «¡Viva Venezuela!», en una ciudad conocida como «Doralzuela» o «la Pequeña Caracas» por el gran número de ciudadanos de ese país sudamericano radicados en ella.
Almagro tuvo palabras de elogio para los venezolanos que viven en el exilio, aquellos que se han visto forzados a «salir de la patria por razones políticas, por no poder ejercer derechos como la libertad de expresión y pensamiento».
Un exilio de venezolanos que, precisó, parecía un tema del pasado» y que, sin embargo, se revela «vigente» con la «presencia hoy de venezolanos en el exilio escapando del régimen arbitrario en el poder».
En ese contexto, destacó que, según los datos que maneja la OEA, los venezolanos están al frente en el número de solicitudes de asilo en Estados Unidos», con 18.155 peticiones en 2016, un 100 % más que en 2015 y seis veces más que en 2014.
Pasó a continuación Almagro a pintar el sombrío panorama que devasta Venezuela, con una «crisis económica, social y humanitaria» a la que se suman la «pérdida de libertades fundamentales y de independencia de los poderes del Estado».
Así, la escasez de medicamentos y equipo médico, que alcanza el 80 %; una deuda externa de 13.000 millones de dólares, el 85 % de la población afectada por la malnutrición y un índice de pobreza del 76 %, expuso quien fuera canciller de Uruguay durante el Gobierno de José Mujica (2010-2015).
Previo a las palabras de Almagro, los directivos de Veppex agradecieron al secretario general de la OEA su «voz contra la tiranía» y su esfuerzo y resuelta lucha por la «libertad y la democracia» en Venezuela y su defensa de la «causa de los venezolanos».
El alcalde de Doral leyó a continuación la proclama en la que se declaró, a petición de Veppex, el 13 de abril, como el «Día del Exiliado Venezolano».