Washington, 24 mar (EFE).- El secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, respaldó hoy «con firmeza» la declaración conjunta emitida este jueves por 14 países del continente sobre Venezuela y celebró que dejen abierta la posibilidad de suspender al país si fracasa la vía diplomática.
«Estoy plenamente de acuerdo, como señalara en mis dos informes, que la suspensión es una medida para tomar al final del proceso y veo positivamente que el referido grupo de países deja abierta esa posibilidad», indicó Almagro hoy en un comunicado.
Varias naciones americanas, entre ellas EE.UU., Canadá, México, Argentina, Brasil y Colombia, exigieron ayer al Gobierno venezolano que fije un calendario electoral y libere los «presos políticos», y señalaron que antes de la suspensión, que es «el último recurso», deben «agotarse los esfuerzos diplomáticos en un plazo razonable».
Almagro respaldó hoy «el trabajo de evaluación crítica realizado por los 14 países firmantes» y alentó «a la unidad de los gobiernos de la región a continuar y profundizar el esfuerzo colectivo para volver a contar con una Venezuela democrática en la OEA».
Aunque no precisó más al respecto en esta nota, Almagro pidió en su informe del 14 de marzo que los países de la OEA prosigan el proceso de la Carta Democrática Interamericana, que él inició el 31 de mayo pasado con su primer informe sobre Venezuela.
Para ello, el Consejo Permanente de la OEA debería someter a votación el declarar que en Venezuela «hay una alteración del orden constitucional» que afecta «gravemente su orden democrático», algo que Almagro afirmó ya en su documento del año pasado para invocar el artículo 20 de la Carta.
Se necesitarían al menos 18 votos de los 34 países que son miembros activos de la OEA (Cuba pertenece al organismo pero no participa en él desde 1962), cuatro más de los que firmaron la declaración de ayer.
Si ese voto prosperase, según el proceso gradual que contempla la Carta Democrática, habría gestiones diplomáticas y buenos oficios.
De no avanzar estas, se necesitaría que 24 embajadores (dos tercios de los 35 países de la OEA) votaran en un Consejo Permanente la convocatoria de una Asamblea General extraordinaria de cancilleres.
De nuevo se intentaría la vía diplomática y, de fracasar esta, sería necesario otra vez el voto de 24 países para suspender a Venezuela del ente, con lo que dejaría de participar en los programas y actividades de la OEA.
Por el momento las cuentas diplomáticas están lejos de arrojar esa cifra, gracias al apoyo del bloque de países del Caribe aliados de Venezuela y que se han beneficiado durante más de una década del petróleo subvencionado venezolano a través de Petrocaribe.
A eso se suma el apoyo incondicional a Venezuela de sus socios no caribeños de la Alianza Bolivariana: Bolivia, Ecuador, El Salvador y Nicaragua.
Los firmantes de la declaración de ayer quieren celebrar un Consejo Permanente la semana próxima sobre Venezuela, pero aún no han decidido si someterán a votación ese texto o si propondrán votar sobre el comienzo de la aplicación de la Carta Democrática.
Incluso para que esa reunión se celebre necesitan 18 votos a favor de aprobar el orden del día, en caso de que Venezuela, como ha hecho en otras ocasiones, se oponga a que se dé la sesión.