Washington, 2 mar (EFE).- La temperatura en el manto, una de las capas interiores de la Tierra, puede ser 60 grados mayor de lo que se creía hasta ahora, según estima un estudio publicado esta semana en la revista Science.
El cálculo fue realizado por científicos de la Institución Oceanográfica de Woods Hole en Massachusetts, luego de un novedoso experimento hecho con un tipo de mineral presente en la parte superior del manto.
«Estábamos enfocados en desarrollar un enfoque distinto, para saber cómo se funde el manto bajo las dorsales mediooceánicas», explicó a Efe Emily Sarafian, una de las investigadoras que realizó este trabajo.
«La mayor consecuencia es que, si el manto está más caliente, entonces puede fluir más fácilmente. Eso ayuda a las placas tectónicas a moverse», agregó.
Realizar este tipo de estimaciones no es fácil: para conocer la temperatura potencial del manto, los científicos deben analizar la lava que emerge de las dorsales medioocéanicas, es decir, de las elevaciones submarinas ubicadas en los límites entre placas tectónicas.
Sin embargo, la parte superior del manto está compuesta mayormente por peridotitas, un tipo de roca muy sensible a la presencia de pequeñas cantidades de hidrógeno, lo que dificulta precisar la temperatura a la que se funde.
Entonces, para realizar estos experimentos, es necesario situar esa lava bajo la misma presión, temperatura y contenido de agua a la que las rocas comienzan a fundirse.
Los investigadores que elaboraron este estudio tuvieron que recrear condiciones de alta presión y temperatura y utilizar una roca sintética con la misma composición del manto.
«Es exactamente el mismo enfoque que todo el mundo usa, pero agregamos grandes granos de olivino, un mineral del manto. Al añadir esto, fuimos capaces de medir el contenido de agua en nuestro experimento y saber cómo se funde el manto con esa cantidad particular de agua», señaló Sarafian.
Para la investigadora, «sería importante» continuar este trabajo y «variar la cantidad del contenido de agua», para saber cómo el agua influye en la forma en la que el manto se funde.