Washington, 28 feb (EFE).- El presidente, Donald Trump, defendió las medidas que ha tomado en poco más de un mes en el cargo, su agenda de futuro y su visión del país en una intervención conciliadora ante el Congreso, lejos del tono apocalíptico de su discurso de investidura y con guiños al bipartidismo.
En su primer discurso ante una sesión conjunta del Congreso, Trump sorprendió al afirmar que cree posible lograr «una reforma migratoria real y positiva», siempre y cuando los objetivos sean, como enfatizó, mejorar los empleos y salarios de los estadounidenses, fortalecer la seguridad nacional y restablecer el respeto a las leyes.
«Si nos guiamos por el bienestar de los ciudadanos estadounidenses, entonces creo que republicanos y demócratas podemos trabajar juntos para lograr un resultado (esa reforma) que ha eludido a nuestro país durante décadas», dijo Trump.
El mandatario dejó claro que su propuesta pasa por establecer un sistema de inmigración «basado en el mérito», frente al «obsoleto» actual, para «proteger» a los trabajadores de EEUU.
Pero al mismo tiempo, en otro momento de su intervención, Trump prometió que hará cumplir las leyes migratorias para que aumenten los salarios, ayudar a los desempleados, ahorrar «miles de millones de dólares» y que las comunidades sean más seguras.
También aseguró que la construcción del muro en la frontera con México comenzará «pronto», incluso «antes de lo programado», y será «un arma muy eficaz contra el crimen y las drogas».
Y recordó las historias de varias personas asesinadas por inmigrantes indocumentados a cuyos familiares invitó hoy a presenciar el discurso desde el palco de la primera dama, Melania Trump.
En materia de seguridad, Trump pidió al Congreso uno de los mayores aumentos del gasto en defensa de la historia del país, con el objetivo de «reconstruir» las Fuerzas Armadas.
De acuerdo con la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca, ese aumento de recursos para el Pentágono de cara al nuevo año fiscal será de casi un 10 %, equivalente a 54.000 millones de dólares y compensado con recortes en la mayoría del resto de las agencias federales, entre ellas el Departamento de Estado.
«Los desafíos que enfrentamos como nación son grandes. Pero nuestro pueblo es aún mayor. Y nadie es más grande o valiente que aquellos que luchan en uniforme por Estados Unidos», remarcó el mandatario.
Asimismo, recordó al soldado de las fuerzas especiales William «Ryan» Owens, fallecido en una operación contra Al Qaeda en Yemen, la primera aprobada por Trump desde su llegada a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
El recuerdo a Owens se llevó la mayor ovación de la noche por parte de los congresistas, mientras su mujer, Carryn, lloraba mientras aplaudía también.
Sobre su promesa de eliminar la conocida como Obamacare, la reforma sanitaria del expresidente Barack Obama, Trump solicitó hoy a los congresistas que la reemplacen por un plan que amplíe la cobertura médica y baje los costes de los seguros.
Por otro lado, el magnate adelantó que está preparando «una reforma tributaria histórica», que bajará la tasa impositiva a las empresas y proporcionará un «alivio fiscal masivo» a la clase media.
A su juicio, el país debe, además, «crear un terreno de juego equitativo para las empresas y los trabajadores estadounidenses».
Con respecto a sus planes para invertir en infraestructuras y crear con ello «millones de nuevos empleos», Trump pidió al Congreso que apruebe una partida de 1 billón de dólares, dado que hacen falta «nuevas carreteras, puentes, túneles, aeropuertos y ferrocarriles».
Impregnado de su filosofía nacionalista, con énfasis en que EEUU debe «poner a sus ciudadanos primero» y en que él solo representa a su país, no al resto del mundo, el discurso de Trump no tuvo apenas referencias concretas a sus planes en política exterior.
El mandatario defendió impedir la entrada a ciertos extranjeros para evitar que se forme una «avanzadilla» terrorista dentro de EEUU, al reiterar su intención de aprobar nuevas medidas que sustituyan a su polémico veto a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana y a todos los refugiados que diferentes instancias judiciales bloquearon a principios de este mes.
Además, sostuvo que la «única solución a largo plazo» para resolver crisis humanitarias como la de los refugiados es que esas personas «puedan regresas a salvo» a sus hogares.
También quiso mostrar ante el Congreso su «firme apoyo» a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero reiteró la petición a los países miembros de «cumplir con sus obligaciones económicas» e invertir más en Defensa.
Y se mostró dispuesto «a encontrar nuevos amigos y a forjar nuevas alianzas donde los intereses comunes coincidan», en lo que pareció una clara alusión a la Rusia gobernada por Vladímir Putin.
Tras declarar que «el tiempo para los pequeños pensamientos ha terminado», así como el de «las peleas triviales», Trump concluyó su discurso con una petición a los estadounidenses y a los miembros del Congreso: que «sueñen a lo grande» y que «abracen esta renovación del espíritu americano» que él ha impulsado con su llegada la Casa Blanca.