Washington, 16 feb (EFE).- El presidente, Donald Trump, designó hoy al abogado hispano Alexander Acosta como secretario del Departamento de Trabajo, menos de 24 horas después de que su primer nominado para el cargo, Andrew Puzder, renunciara a ese puesto.
«Él tiene una carrera extraordinaria», afirmó Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca, al desearle «lo mejor» a Acosta, quien ni estuvo presente en el acto.
«Creo que será un estupendo secretario de Trabajo», subrayó el mandatario.
De ser confirmado por el Senado, Acosta se convertiría en el primer hispano del gabinete del mandatario republicano y engrosaría, además, la lista de los hispanos a cargo del Departamento de Trabajo, con Thomas Pérez e Hilda Solís como sus antecesores durante el Gobierno del presidente Barack Obama.
El nominado, hasta ahora decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Florida (FIU), con sede en Miami, trabajó en la Junta Nacional de Relaciones Laborales de 2002 a 2003 bajo el Gobierno de George W. Bush.
Nacido en Miami, hijo de inmigrantes cubanos y licenciado en Derecho y Economía por la Universidad de Harvard, Acosta fue elegido en 2005 por el Fiscal General, Alberto Gonzales, para convertirse en el primer hispano que ocupaba el puesto de principal fiscal general adjunto.
Asimismo, se ha desempeñado como un procurador federal que ha llevado a juicio a líderes de carteles del narcotráfico de Colombia y a reconocidos políticos estadounidenses en sonados casos de corrupción en el sur de Florida.
Trump anunció la nominación después de que su primer candidato a dirigir el Departamento de Trabajo, Andrew Puzder, renunciara este miércoles a esa responsabilidad, tras las numerosas críticas recibidas de senadores republicanos y demócratas por su polémico historial empresarial y personal.
Puzder tenía previsto comparecer hoy en una audiencia de confirmación ante el Comité de Salud y Educación del Senado.
El ya excandidato a la cartera de Trabajo arrojó la toalla después de que líderes republicanos en la Cámara Alta recomendaran a la Casa Blanca retirar su nominación, debido a que no contaba con los votos necesarios para que se aprobara su designación.
Fue la primera retirada de un nominado por Trump a formar parte del gabinete ministerial, y un golpe al nuevo presidente, después de que el lunes renunciase su asesor de seguridad nacional, el general retirado Michael Flynn, tras apenas tres semanas en el cargo.
La apuesta de Trump por un candidato hispano para encabezar el Departamento de trabajo tiene lugar después de las recriminaciones de numerosas organizaciones latinas por no contar con un miembro de esa comunidad en el Gobierno.
No en vano, era la primera vez, desde 1988, que no había un representante hispano en un Gobierno estadounidense, pese a que los latinos representan ahora el 17 % de la población total y que, si en 1990 eran 22 millones, en el censo de 2014 llegaron a 55 millones.
La nominación de Acosta fue aplaudida por legisladores republicanos, como el senador Lamar Alexander, presidente del Comité Comité de Salud y Educación del Senado, quien elogió su «impresionante historial laboral y académico».
El senador de origen cubano por Florida Marco Rubio señaló, por su parte, que la candidatura de Acosta supone una «elección fenomenal».
La congresista de origen cubano por Florida Ileana Carmen Ros-Lehtinen también se declaró «orgullosa» de la nominación de su «amigo Álex», y vaticinó que hará un «gran trabajo».
Igualmente, la designación de Acosta recibió loas de organizaciones hispanas como la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), que le describió como «un consumado servidor público cuya dedicación a la comunidad latina y el país ha quedado demostrada durante sus años de servicio».
Diversos grupos empresariales acogieron también con optimismo el nombramiento de Trump, como la Asociación Nacional de Manufactureros, cuyos presidente, Jay Timmons, definió a Acosta como un «líder probado que entiende las complejidades del lugar de trabajo moderno».
Sin embargo, el director ejecutivo del grupo progresista Allied Progress, Karl Frisch, tildó a Acosta de «completamente no apto» para dirigir el Departamento de Trabajo.
El primer latino en ocupar un puesto en un gabinete presidencial fue Lauro Cavazos, secretario de Educación con los presidentes Ronald Reagan y George H. W. Bush.