Alejandro Nuño es un estudiante de último año de preparatoria que considera importante ayudar a la comunidad y como miembro de la Sociedad Nacional de Honores, se dedica a ayudar a la comunidad en distintas actividades.

Este año, junto con otros compañeros de su club, ayudó a decorar la carroza con que el Hospital Shriners para Niños participará en el Desfile de las Rosas.

“Me parece algo fascinante ser parte de una causa tan extraordinaria, no solamente por el Desfile de las Rosas sino para ayudar al hospital también, que se enfoca específicamente en ayudar a los niños”, dijo Nuño, quien estudia en la Preparatoria John F. Kennedy, en La Palma.

“Es algo inolvidable, ser parte de algo artístico pero también de algo que tenga una buena causa”, agregó el joven, quien piensa seguir con su labor de ayuda cuando ingrese a la universidad.  

Cuando todo es posible

Unos 200 voluntarios dedican horas de su tiempo durante esta semana para tener lista la carroza de los Hospitales Shriners para Niños que participará en el Desfile de las Rosas el lunes 2 de enero. El hospital lleva siete años consecutivos participando en el evento y el tema de este año es Todo es Posible.

“El tema se escogió por los pacientes quienes a veces llegan muy deprimidos por los problemas que tienen y nosotros les enseñamos que ellos pueden seguir [con su vida] y que nosotros les vamos a ayudar”, dijo Mayra Pereyra, portavoz del hospital.

Shriners para Niños muestra que todo es posible -Hispanos Press
El objetivo de la carroza es demostrar que los niños con discapacidades pueden soñar con un futuro mejor (Foto: Hispanos Press)

La carroza es una de las más pequeñas del desfile, con menos de 35 pies de largo. Tiene la forma de un barco de paletas, que representa el sistema de hospitales Shriners en el país, y un globo con el nombre del hospital.

“Es un barco que transporta a todos nuestros niños a todas estas diferentes posibilidades y futuros”, dijo Aarón Hanson, director de desarrollo del Hospital Shriners para Niños de Los Ángeles. “El globo y el barco son metáforas que implican seguir adelante para llevarlos a lugares donde nunca han estado y a donde siempre han querido ir?”

Hanson destacó que el mensaje del Hospital Shriners para Niños, a través de la carroza, es la oportunidad que les ofrecen a los niños de “construir y seguir sus sueños, su pasión, lo que desean hacer sin importar el tipo de discapacidad física tienen”, dijo.

El hospital obtuvo el año pasado el premio de los voluntarios en la categoría de carrozas con menos de 35 pies de largo.

Un amor al rescate de los niños

Los Hospitales Shriners para Niños es una red hospitalaria con 22 centros en todo el país, Canadá y México (Ciudad de México), en donde proporcionan ayuda a niños menores de 18 años con condiciones ortopédicas, quemaduras, lesiones de la médula espinal, labio leporino y paladar hendido. La sede de Los Ángeles se fundó en 1952 y se mudará a Pasadena en el verano del 2017.

El hospital cubre los gastos de los pacientes que no poseen los medios económicos para hacerlo,  ya que recibe fondos y ayuda voluntaria de la sociedad masónica de los Shriners y donaciones privadas. Su lema es Amor al Rescate

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La carroza es una de las más pequeñas del desfile, con menos de 35 pies de largo (Hispanos Press).

“Ellos donan mucho de su tiempo, de su dinero, al hospital y es por ellos que podemos seguir con nuestra misión de servirle a todos los niños que necesitan cuidado ortopédico o a quienes tienen quemaduras”, dijo Pereyra.

Aunque la sociedad de los Shriners está compuesta por hombres, existen las órdenes femeninas de las Hijas del Nilo, Ladies of the Oriental Shrine y el Shrine Guilds of America, que ayudan al hospital elaborando colchas, muñecas y otros objetos que pueden ser útiles a los pacientes. También ofrecen su trabajo voluntario durante la preparación de la carroza.

“Vengo todos los años porque es una parte esencial del desfile y también porque ofrece la oportunidad de que todos conozcan sobre el Hospital Shriners para Niños y pueda ayudar a los niños que lo necesitan”, dijo Bárbara Fraeling, miembro de la orden de las Hijas del Nilo y esposa de un miembro de la sociedad.

Fraeling también disfruta el tiempo que dedica a trabajar durante la semana previa al desfile, especialmente porque conoce personas que vienen de otros lugares del país para colaborar.

“Conocemos personas que vienen de todo el país por el mismo objetivo: divertirse, terminar la carroza e informar sobre el hospital”, dijo Fraeling.

Aunque es el séptimo año que participan en el Desfile de las Rosas, la orden masónica que fundó los Hospitales Shriners estuvo presente en el evento desde 1910.

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Alejandro Nuño es uno de los 200 voluntarios que ayudó con la decoración de la carroza (Foto: Hispanos Press)